Hoy en día se habla mucho sobre la resiliencia o del líder “Resiliente” pero en esta ocasión quiero compartir con ustedes algunas reflexiones uniendo este valor con otro muy poderoso como lo es la longanimidad o el líder longánime.
Vamos a refrescar el significado de resiliencia diciendo que se trata de una persona con una poderosa actitud a salir de la adversidad basado en sus fortalezas, a aprender de los fracasos y salir adelante, no solo es levantarse de las caídas sino volver al estado natural o mejor aún, regresar a ese estado anterior pero fortalecido, listo para emprender el éxito. El líder resiliente es optimista, se auto conoce, sabe que solo de él depende dejar atrás el fracaso a través de sus acciones y entereza.
Ahora traigamos sobre la mesa el significado de la palabra “longanimidad”. Se trata igualmente de una actitud hacia la perseverancia, la constancia en el tiempo sin importar la adversidad, solidez en los ánimos a pesar de los infortunios, en donde una de sus principales virtudes o fortalezas es la paciencia, siendo esta una postura para soportar contratiempos y avalanchas para conseguir el logro y seguir avanzando.
Otros significados de la palabra “longanimidad” tienen que ver con generosidad, voluntad de empatía, capacidad para compartir, búsqueda del bien común y una alta orientación a servir.
Todas estas sin duda deben ser capacidades o actitudes de un líder capaz de transitar y superar las adversidades con su equipo, pero sobre todo salir exitoso y airoso de los infortunios que consigue en el día a día.
Podemos concluir diciendo que la longanimidad es la resiliencia sostenida en el tiempo. Cuando un líder es capaz de poseer estas dos virtudes con toda seguridad será un líder exitoso y apto para afrontar cualquier obstáculo no importando su complejidad o dificultad.
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